Estoy sola. Escucho ese ruido familiar, el de las olas.
Siento la brisa marina sobre mi tez pálida. Y pienso, que no mucha gente puede disfrutar de esta sensación. Supongo que a todo el mundo le debe gustar oír las olas, oler la sal del mar, sentir el agua mojando tus zapatos y que todo esto te recuerde al verano. Parece todo estar gravado en la espuma de las olas...
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